Hablando [Canuto]

Miré de reojo a Jimmy sin terminar de creer todas sus palabras, me gustaba fastidiarle pero esta vez no, sabía que algo le ocurría a mi amigo e iba a averiguarlo.-Si no me dices que es lo que ocurre, la próxima noche te encontrarás una desagradable sorpresa, Jimmy...-le amenacé, aunque la sorpresa podría ser que al despertar su ropa fuese de chica

Reí y negué, suficientes problemas tenía ya Sirius como para preocuparse de algo más. El tal Voldemort al que los Black servían con fidelidad, y con orgullo querían matar a mis padres...y a mí. Sabría que no tardarían mucho en venir a por nosotros, por ello mi madre nos quería fuera de cas, por que lo sabía. Me mordí el puño por la rabia.
- Mamá quiere que volvamos a Hogwarts.

Negué con la cabeza no muy seguro, tenía que ocultarselo, pero luego me di cuenta de que eso era lo que ellos había hecho conmigo, y yo no era igual a ellos, por ahora era el único, junto a Peter que no había fallado en ser un Merodeador.
- Pues sí que tiene que ver- dije molesto-, tu familia quiere matar a la mía, y sabes qué, mi madre lo sabe y no quiere que yo este en casa, no quiere que les ayude, no quiere que defienda nuestro apellido. Solo por que un chiflado que se hace llamar Voldemort lo ordena.

Abrí los ojos de par en par.-Hijos de puta.-murmuré en voz baja. Me levanté de un salto.-Vamos, James, no seas idiota, vamos a defender nuestro apellido, los Potter vamos a ganar esta jodida batalla.-dije muy seguro de mi mismo mientras enarbolaba mi varita, no iba a dejar que los que se hacían llamar "mi familia" y en mi sangre corría su maldita sangre le hiciesen daño a mi verdadera familia. Por muy enamorado de Bella que estuviese, los amigos antes que las mujeres.

Mi madre abrió la puerta, acompañada por Dumbeldore. Nos iba a obligar a volver a Hogwarts, por la fuerza si era necesario. Temblé levemente y suspiré, contra el Director no había nada que hacer.
- Mamá no puedes obligarme a no luchar- aseguré.

-Y a mi tampoco.-les dije convencido.-Si me obligáis me desapareceré... sé hacerlo, aunque no tenga el permiso.-amenacé.

Dumbledore intentó cogernos, levanté la varita.-No, porfavor, no lo hagan.

Si lo iban a hacer.-Hasta luego, James.-dije, y me desaparecí, destino: casa de los Black. ¿A qué? a detener a los que se hacían llamar mis padres

Perfecto ahora estaba solo, Canuto había desaparecido, maldito traidor, me había dejado solo con el viejo. Le sonreí de manera falsa, iba a cogerme eso lo sabía, y sabía desaparecerme, solo que me solía dejar una mano en el camino.
- Que buen día hace- dije intentando cambiar de tema.