Hablando [Canuto]

Mi madre nos había citado en mi casa, tanto a Sirius como a mí. Creo que se había dado cuenta de que estabamos muy separados ultimamente, pero todo era por culpa suya, y eso de irse de vacaciones con su prima. Desde entonces estaba raro con nosotros, incluso creo que me evitaba. Bufé. Me había decidido por no utilizar la magia y llegar en autobus, todos me miraban, más bien todas.
El autobus me dejo a unos metros de mi casa, sonreí y fui a ver a mi familia y a Sirius que ya estaría allí, tenía que reconocer que tenía rencor hacía él, y no quería verlo, que se fuese con quien estuviese ahora. Abrí la puerta y pasé.
- Ya he llegado- grite.

Cuando había avisado mi madre vino y me recibió entre besos y abrazos. Intente zafarme de ella, cuando lo conseguí fui a mi habitación y me encendí el equipo de música, quería estar tranquilo, y alargar la charla con Canuto cuanto más mejor, no me apetecía verle la cara. Me dió sed así que decidí bajar a por algo a la cocina. Abrí la puerta y me encontre con el rostro de Sirius. Me puse de manera indiferente.
- Te equivocaste de habitación- dije sonando antipático-, tal vez se te olvido cual es la tuya como hace tanto que no pasas por aquí.

Le mire de manera arrogante, justo como el me había enseñado. Rodee los ojos y me apoyé en el marco de la puerta con chulería y mirandole decepcionado, al parecer se acababa de acordar que tenía un amigo.
- Oh, eso era algo que no me esperaba- dije fingiendo sorpresa-, es que como se te había olvidado que existía, de verdad que pensé que habías dejado los Merodeadores- dije molesto-, ¿cuál es la ultima broma que le hicimos a Quejicus?- pregunte-, se me olvido que no viniste.

Me empujo hacia mi dormitorio y cerro la puerta mientras me acusaba de mi manera de comportarme. Bufé, y me tumbé en mi cama mientras cogía una pelota pequeña y empezaba a lanzarla, pasando de mi amigo.
- Ah ahora soy yo el que se pone tonto, mira el que ha estado evitandome desde que volvió de sus vacaciones "familiares" eres tú- dije enfadado.

Espera ¿QUÉ? ¿CÓMO? ¿CUÁNDO? pero lo más importante ¿POR QUÉ? En que estaba pensado, era estúpido. Como se podía haber liado con Bellatrix Black, dios que asco, puaj. Intente que el no notase mi asco. No sé por qué pero ahora mismo odiaba a mi mejor amigo, lo consideraba un "traidor". Le mire con asco, quiza no estaba siendo el mejor amigo del mundo, pero no me creía lo que había hecho.
- Me das asco- dije mirandole con repulsión-, sabes lo gracioso creí que no eras un Black, me equivoque, pero te juro que como algun Black, incluso tu toque a un hijo de muggles no tendre piedad, y menos si es Lily.

Intentaba parecer tranquilo y sereno, pero solo quería matar a alguien, seguí jugando con la pelotita para calmar mi ira. Suspire y mire a mi "supuesto" mejor amigo. Sabía que después me arrepentiría de todo lo que dijese.
- Perfecto, entonces no sé por que me lo has contado- dije sin mirarle-. A partir de ahora tu y Remus seran grandes amigos, me los imagino rodeados de serpientes y matando a muggles, que disfruten.
Había sido muy borde con él, y me arrepentía de todo lo que decía.

Me odiaba a mi mismo, había perdido a una de las personas más importantes de mi vida. Sirius habí sido el hermano que nunca tuve, me odiaba por lo que le acababa de hacer, le había juzgado sin derecho, pero lo había hecho. Odiaba a Bellatrix Black, y el lo sabía. Tenía miedo de que Sirius se fuese a convertir en uno de los Black otra vez, que fuese como los de su familia. Empecé a llorar, era la primera vez que lo hacía desde que entre en Hogwarts, nunca lloraba, nunca había tenido motivos para hacerlo. Me levante de la cama y empecé a pegarle puñetazos a la pared, haciendome sangre, y destrozandome los nudillos. No dejaba de gritar. Empecé a tirar todo lo que tenía encima de la mesa, las estanterías, hasta que llegué a una foto de Sirius y mía en primer curso. Agarre mi varita, me apunte a mi mismo con ella. Lo mejor sería olvidar todo lo vivido, olvidar que soy y quién fui.

Sirius entro de golpe en mi habitación, me agarro la varita y ambos caímos encima de mi cama, con lo cual no me hice daño, solo que tenía a Sirius encima mía. Intente agarrar mi varita de nuevo, pero con Sirius encima no llegaba. Volví a intentar quitarmelo de encima sin conseguirlo.
- A ti que más te da, tu ya tienes tu vida feliz- grite-, dejame tener la mía, será como si nunca nos hubiesemos conocido.

Negué con la cabeza, todo esto era tan complicado y difícil de entender, no me podía creer que Sirius estuviese con su prima, que si no recuerdo mal estaba prometida con Lestrange. Suspire y me revolví el pelo, aún sangrandome la mano, aunque no me doliese. Mire a Canuto y le sonreí.
- No quiero perder a mi hermano, pero no me pidas que lo acepte, no por ahora- le pedí, más bien se lo rogué-, necesito tiempo para hacerme a la idea.

Suspire y vi como me colocaba la mezcla con aspecto raro, y con olor asqueroso. Tenía ganas de vomitar, pero me las aguante, supongo que Remus tenía mucho tiempo libre. Le escuche hablar, eso era lo que esperaba.
- Eso espero si no te vuelvo al bando de los buenos a base de Cruccios- bromee, aunque era capaz de hacerlo.

Era lo mínimo que esperaba ya que mi hijo llevaría su nombre, reí ante esto, todavía me acordaba de como se puso Lily, mire a mi amigo y luego a las paredes. Mamá me iba a matar, después de ver como había dejabo mi cuarto, aunque se alegraría de que Sirius y yo nos hubiesemos arreglado.
- Era o pegarte a ti o a las paredes- dije sonriente.

Asentí convencido, eso era cierto la próxima vez la pagaría contra él y no contra mis pobres paredes. Me devolvió mi varita y le sonreí sarcástico, empezó decir conjuros y yo le seguí, quedando mi habitación como si no hubiese pasado nada. Mi madre no era tonta y la habitación tan limpia significaba algo. Reí.
- Pff, y bueno ¿qué tal te va?- pregunte.
Hacia días que no hablabamos por su estúpida manía de evitarme.

Me senté, no cansado, pero si que necesitaba sentarme.-Bueno, he estado liado con un asunto... delicado.-dije sonriendo, pero se me borró la sonrisa al recordar que asunto era.-Peter tiene pesadillas, Peter grita en sueños, cosas sobre un mago tenebroso, Peter me ha estado evitando mucho más que yo a ti... Peter está raro, Jimmy

Era cierto Peter ya no parecía de los Merodeadores, se podía decir que era el débil de el grupo, y nosotros los encargados de protegerle, todavía no sabía el por qué había caido en la casa Gryffindor, pero en el fondo Pet era un buen amigo.
- Serán tonterías- mentí.
Dumbeldore me había llamado a su despacho, ahora solo tenía miedo, aunque nunca lo fuese a reconocer, sabía que me familia estaba en peligro, pero no lo iba a reconocer, no quería preocupar a Canuto.